
Recientemente se ha descubierto que el zumbido de las abejas protege a las plantas y flores de ser devoradas por animales. Así lo corrobora un estudio realizado por la Universidad de Wurzburgo, Alemania, el cual explica que el sonido de sus alas espanta a las orugas de los alrededores, quienes se alimentas de ellas. Estos gusanos tienen en sus cuerpos pelos muy finos que les permiten detectar diferencias en la intensidad de aire, y al no distinguirlas entre el zumbido de una abeja y el de una avispa- su depredador natural- se estresan y prefieren retirarse.

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario